jueves, 12 de julio de 2012

Remakes, reboots, mash-ups y “Los Cazafantasmas 3”

Me apetece escribir hoy sobre la falta de ideas, ya que llevo muchos días sin actualizar el blog.

Cuando yo era pequeño, la gente se quejaba de la crisis de ideas de Hollywood, porque estrenaban muchas secuelas. Pero resulta que estábamos mucho mejor que ahora, pues abundan los reboot, palabro que se han inventado para denominar el reinicio de una saga entera, y se han puesto de moda los mash-up, cruce de conceptos dispares en la línea de Abraham Lincoln: Cazador de vampiros (a este paso tendremos Paco Martínez Soria contra Caponata). El rizo es la adaptación al cine de conocidos libros de autoayuda, como Qué esperar cuando estás esperando, que se basa en un manual para futuras mamás que vende mucho, o la upcoming Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus, inspirada en la cumbre de los volúmenes sobre consejos sentimentales (el cine patrio tan dado a la postguerra un día de estos nos sorprenderá con Manual de cocina de la Sección Femenina. La película).

Así las cosas, no me sorprendería que al comprar una entrada de cine empiece a ocurrir aquello de Los Cazafantasmas, que cuando por fin les llamaba un cliente la secretaria gritaba efusiva: ¡Ha picado uno! Imagino que exclamará lo mismo la taquillera: ¡Hemos engañado a un tipo! ¡Y eso que ha subido el precio de la entrada por el reajuste del IVA!

Fascinados por la posibilidad de que la gente estuviera dispuesta a aflojar pasta por cualquier tontería, los responsables del film pusieron en práctica el noble arte de la estafa con la infumable Los cazafantasmas 2. Recuerdo que un compi del instituto y yo (estudiábamos lo que entonces se llamaba Cou, o sea que éramos unos Couboys) compramos ilusionados la entrada, pero luego fuimos a la tienda de comics donde parábamos y todo el mundo insistía en que era absolutamente espantosa. Asustados, fuimos a la cola del cine y vendimos nuestras entradas porque nuestra madre se había puesto enfermísima y teníamos que irnos urgentemente. Con el paso del tiempo la he llegado a ver en la tele y se habían quedado cortos. Entiendo que estar a la altura de una obra maestra como la primera parte era un reto imposible, pero aquello era indescriptible. Era como comparar Este muerto está muy vivo con Este muerto está muy vivo 2.

No contentos con aquella gloriosa secuela, ahora preparan la tercera parte, pero como ya comentamos en este blog le mandaron el guión a Bill Murray (qué gran genio) y éste lo devolvió después de pasarlo por la trituradora de papeles (qué gran genio). Ojalá cundiera el ejemplo. El caso es que para convencer al actor, ahora los ejecutivos de Sony han contratado para que escriba un libreto completamente nuevo a Etan Cohen.

La primera vez que leí en unos títulos de crédito que el guionista era Etan Cohen me alegré muchísimo, pero luego el film en cuestión resultó ser un bodrio total, así que caí en la cuenta de que era un Etan Cohen sin ‘h’ en el nombre de pila, y que no escribía genialidades como Fargo sino Idiocracia, Tropic Thunder. ¡Una guerra muy perra! y Men in Black III. No sé yo si será capaz de escribir algo que convenza mínimamente a Murray (qué gran genio). El culebrón continúa, así que nos mantenemos expectantes.

jueves, 10 de mayo de 2012

"Sombras tenebrosas": 10 evidencias de que Tim Burton se ha convertido en vampiro

En una de mis secuencias favoritas de Ciudadano Kane (la película más importante de la historia del cine hasta que se rodó Marvel Los Vengadores), Jedediah Leland, personaje interpretado por Joseph Cotten, crítico teatral, se ve en la tesitura de escribir una valoración sobre la interpretación operística de la esposa de su jefe y su mejor amigo, Kane (Orson Welles), un auténtico desastre como cantante lírica. Le cuesta tanto decir la verdad que cae borracho con su nota a medio hacer: "es un fracaso igual que ella". Finalmente termina el trabajo el propio Kane...

Pues bien, me acaba de pasar exactamente lo mismo cuando me he visto obligado a escribir sobre Sombras tenebrosas, que ha rodado alguien aún más importante para mí que la esposa de mi mejor amigo, nada menos que Tim Burton, a quien consideraba más que un director de cine, una especie de alma gemela. Pero es que el film es tan soso que me he tenido que bajar a la tasca de la esquina y beberme un par de Dyc con hielo, y aún así sólo he podido escribir: "es un desastre igual que su carrera últimamente".
10 razones que demuestran científicamente que Tim Burton es un vampiro
1. Tim Burton murió después de rodar Ed Wood. Ahí está todo lo que tenía que contar, pues tiene como protagonista a un inadaptado freak con buenas intenciones, como casi todas sus películas, en este caso un tipo que quiere ser Orson Welles y rodar obras maestras, pero sólo le salen bodrios que conectan como mucho con otros friquis como él.
2. A pesar de todo, se empeña en seguir existiendo después de muerto rodando una y otra vez la misma película, con Johnny Depp caracterizado otra vez como monstruito con encanto, música deDanny Elfman y un papel de tía rara para su esposa, Helena Bonham-Carter.
3. Tim Burton necesita sangre fresca. Carente de ideas propias tiene que vampirizar por ejemplo a Lewis Carroll, hincarle el diente a un clásico como El planeta de los simios (1968), etc. En esta ocasión ha bebido de una serie de televisión de los 70 y del guionista de moda Seth Grahame Smith, autor deAbraham Lincoln: Cazador de vampiros y Orgullo y prejuicio y zombies.
4. Tiene amigos centenarios, pues es esta cinta sale el gran Christopher Lee, que tiene 100 años o por ahí, y nada menos que el músico Alice Cooper, que debe andar por los 120 o 130 como poco, aunque está igual que siempre en la secuencia en la que se convierte en 'la invitada' estrella de una fiesta. ¡Le pirran a Burton las "Alice" últimamente!
5. Finge emociones humanas que no siente. En Sombras tenebrosas trata de hacer reír, pero se nota que lo es suyo porque los gags no funcionan. Incluso mete una escena de sexo (sobrenatural) en la película, que no transmite nada.
6. Tim Burton es capaz de hipnotizar a un público cautivo que le ríe las gracias, aunque ruede siempre la misma película.
7. El corazón de Tim Burton ha dejado de latir. El cineasta que transmitía un conmovedor romanticismo en Eduardo Manostijeras, en Sombras tenebrosas no logra ni un mínimo de pasión.
8. El cineasta de Burbank viste con estética desfasada. Si Drácula iba con capa aristocrática decimonónica, él se empeña en lucir un rollito gótico ochentero a lo Robert Smith que en un hombre ya madurito queda bastante estrambótico.
9. Ha empezado a dar miedo. Yo que esperaba con ilusión proyectos tan prometedores como La novia cadáver, tiemblo al pensar que tiene tan pocas ideas que su próxima cinta, Frankenweenie, es una innecesaria versión alargada de su corto homónimo.
10. Tim Burton no se refleja en el espejo. Por eso lleva esos pelos.

viernes, 27 de abril de 2012

El graffiti, arte urbano superguay

Siempre he sido muy enrollado, de modo que si alguien me pregunta sobre algún tema que está de moda, sonrío y le guiño el ojo, para que quede clara mi mentalidad abierta y tope guay. Hasta ahora, si estaba en una fiesta y una chica me preguntaba qué me parece el arte urbano, no dudaba en asegurarle que me encantaba que se tomen las calles como forma de expresión artística, y que no me cabía duda de que más que un arte es un estilo de vida.

Pero resulta que paso muchas veces por el santuario de los graffiteros de Madrid, en la madrileña calle de la Estrella, pues el local en cuestión está en un sitio bien conocido por el friquismo madrileño, entre dos librerías especializadas en comics, Elektra y Atlántica. Y descubro que venden todo tipo de sprays y pinturas para que se manifiesten los que viven “bajo otras formas de expresión, con otros conceptos que la sociedad oprime”, reza su web.

Aseguran ellos mismos que no venden cualquier cosa. “Eso que usamos es lo que ponemos en las manos de nuestros clientes". Y también que están en el local donde antes se situaba una mítica tienda que ”reagrupo a mucha gente de la ciuda,en torno ha este pequeño local“. La cita es literal, se ve que o bien el nombre del sitio, que viene a significar ‘escritores’, tiene un toque de ironía, o el arte urbano pide que se escriba con autenticidad, como los auténticos marginales del Bronx, que no tenían tiempo para ir al instituto porque tenían que escapar de la policía.

Y en fin, me fascinaba todo esto, ya digo, hasta que el otro día ‘friqueando’ por la zona descubro que han puesto en la puerta un cartel que advierte a sus clientes que no ‘pinturreen’ por los alrededores del establecimiento. Pero bueno... ¡se me ha caído un mito y una forma de manifestación artística! ¡Esto es terrible!

Porque vamos a ver, ¿somos guays o no? No me valen las medias tintas... O sea, nada de que las pintadas son lo máximo, arte urbano y todo eso, pero siempre que se realicen en otro lado, lejos de aquí, no vengan los vecinos a cantarme los cuarenta porque les han arruinado el portal o la tienda, porque me voy a sentir mal, como si tuvieran algo de razón cuando me griten que soy un poco ‘bastardete’.
No he querido preguntar a qué se debe la colocación del cartel, porque me temo lo peor. Una vez pregunté en un portal porqué habían puesto “por favor, no tirar las bolsas de la basura desde la ventana”, y efectivamente, como sospechaba, lo habían colocado por algo.

Pero cuanto menos me ha llamado mucho la atención. ¿Se imaginan ustedes una tienda de armas que pidiera a sus compradores que por favor no matasen a nadie dentro? Me recuerda al día en el que la estanquera de mi barrio me advirtió que no entrara fumando porque no quería convertirse en fumadora pasiva, y morir de cáncer. Pues tenía razón, pero me chocó un poco. Si se está en el ajo, se está en el ajo... O sea que si me pintan mi tienda, pues tengo que sonreír, ¡es arte urbano, tíos! ¡Debería ser guay!

Total, que me he desencantado y ahora veo el asunto desde otras perspectivas. Aunque reconozco que he encontrado pinturas muy chulas, la mayoría de las veces me parecen rayajos pseudoreivindicativos horrendos. Me siento identificado con el personaje de un cómic de Mauro Entrialgo que decía “cuando yo era pequeño, también había ‘graffiteros’, lo que pasa es que por aquel entonces los llamábamos gamberros”. Y también confieso, aún a riesgo de dejar de parecer guay, que me escamaría un poco si me encuentro a un señor que me está decorando la casa, por mucho que resulte ser Miguel Ángel que hubiera venido a recrearme la Capilla Sixtina.

jueves, 12 de abril de 2012

Diccionario para entender a los críticos de cine

Definía el gran Groucho Marx a los críticos como “esos tipejos que piden bebidas baratas, salvo cuando no pagan ellos”. Y algo de razón tenía; en cualquier caso nadie le ha desmentido, pues estos profesionales no gozan de buena consideración a nivel popular. Más o menos, cualquier ciudadano de a pie opina que son un hatajo de pedantes a los que sólo les gustan las películas iraníes, y a los que se no se les entiende nada cuando escriben.

Pues bien, yo estoy convencido de que en realidad no es así. Lo que ocurre realmente es que son unos grandes incomprendidos. O somos, voy a meterme yo mismo en el saco, aunque espero que no se enteren mis vecinos de a qué me dedico, porque irán a por mí con antorchas como si persiguieran al monstruo de Frankenstein para capturarme y que no asuste a las ancianas y a los niños.

Por muy extraño que parezca, los críticos de cine en realidad tienen opiniones coherentes, pero se expresan en un lenguaje codificado que les convierte en incomprensibles para los no iniciados.

El caso es que me he propuesto remediar esta gran injusticia histórica. A partir de ahora, estará al alcance de cualquiera entender lo que los integrantes de este maltratado colectivo quieren comunicar en sus críticas. Con una rápida consulta al siguiente diccionario, resulta muy sencillo reconvertir lo que dicen en expresiones en cristiano.

En un primer momento, tampoco nadie conectaba con los comentaristas deportivos, pero una iniciativa parecida a ésta desveló el a priori oscuro significado de términos como “el cancerbero atajó el esférico que le había cabeceado el extremo visitante en el clásico”. Y desde entonces, estos periodistas viven una idílica historia de amor con la ciudadanía.

Diccionario crítico de cine-vallecano común

http://buscon.rae.es

Exquisito dominio del ritmo pausado. (Del lat. ) 1 m. Película lenta y contemplativa en la que ves cómo crece la hierba. 2. m. Peñazo a evitar.

Ha sucumbido a la comercialidad. 1 m. Dícese de un director pesado y aburrido que hasta ahora no conseguía atraer la atención más que de cuatro críticos, cuando por fin ha conseguido rodar algo que realmente puede interesar al ciudadano medio.

Fuegos de artificio. 1 m. Impresionantes secuencias de acción con vistosos efectos especiales en un film que no se complica con reflexiones pedantes.

El joven entronado de moda se desmorona con su segunda obra. 1 m. Al que lo escribe tampoco le gustó la primera, pero no dijo nada por miedo a parecer anticuado y poco abierto al cine de las nuevas generaciones, así que ha guardado toda su animadversión al director para su segundo trabajo.

Múltiples y valiosas referencias. 1 f. Todo está copiado de otras películas.

Rico mundo interior del autor. 1 m. El responsable de la cinta ha acumulado tanto prestigio que ya no vive en el mundo real y sólo es capaz de rodar paranoias.

Trasciende lo cinematográfico. 1 m. De tan aburrida que era la peli, el autor del artículo se ha puesto a pensar en la inevitabilidad de la muerte.

Multipremiada en festivales. 1 f. Infausto bodrio que sólo le interesa al crítico y a sus cuatro colegas.

Majestuosa utilización del fuera de campo. 1 f. No ocurre nada durante todo el metraje.

Garci ha rodado otra indiscutible obra maestra. 1 m. José Luis Garci ha seguido su línea habitual, pero lleva al que está opinando a su programa televisivo y paga un pastón.

En realidad Garci nunca me ha gustado. 1 m. José Luis Garci ha dejado de contratarle para su programa.

He descubierto fallos de raccord. 1 m. El crítico acaba de empezar en el oficio, es muy joven y aún no se ha dado cuenta de que resulta inevitable que todas las películas los tengan.

Imperdonable salto del eje. 1 m. El crítico acaba de empezar en el oficio, es muy joven, pero ha estudiado cine y está convencido de que sabe muchísimo más que sus compañeros de profesión porque una vez vio un film de John Ford y hasta le suena cómo se titulan dos de Jean Renoir.

Ejercicio de estilo. 1 m. Se dice de una producción valiente, bien rodada, en plan vanguardista, con interpretaciones estupendas, etc. Pero el crítico se ha aburrido como una ostra.

Guía para entender la calificación por estrellas de los críticos

**** 1 m. Producción serbia o iraní mortalmente aburrida. 2 m. Plomazo.

*** 1 m. Peliculón. Lo mejor que se puede ver en la cartelera. Bien rodada, con interpretaciones excelentes, una historia que engancha, convincentes efectos especiales... Guapa, guapa...

** 1 m. Van Damme dando patadas todo el rato o similar. Te lo vas a pasar como el enano de Juego de tronos, que siempre anda con mujeres atractivas.

. Punto rojo. Comedia despiporrante y descerebrada ideal para ver con los colegas y el calimocho para pasar un rato de risas.

miércoles, 4 de abril de 2012

El futuro del cine

Tomaba un café en un céntrico bar el otro día cuando me di cuenta de que una señora se me había quedado mirando desde una de las mesas. No suelo tener mucho éxito entre las féminas, así que comprobé si tenía detrás un reloj, o si llevaba la bragueta abierta. Al final se levantó y mientras se dirigía hacia mí caí en la cuenta de que la conocía. Era nada menos que la pitonisa diplomada Amanda, que fue mi compañera de trabajo en la desaparecida revista Estrenos Vídeo. Hacía mucho que no me la encontraba.

-Juan Luis, estás mucho más viejo. Me ha costado reconocerte, y eso que soy adivina...

Estuvimos conversando un rato, recordando los viejos tiempos, comentando los cambios tecnológicos que han dado al traste con las viejas publicaciones de papel, lo que le había dejado en el paro.

-Menos mal que con mi bola de cristal puedo adivinar de vez en cuándo algún número de la primitiva y no me falta dinero.

Como había salido en la conversación el tema de sus habilidades brujeriles, aproveché para preguntarle una cuestión que me rondaba por la cabeza desde que la conozco. ¿Realmente predice el futuro o es un rollo que se ha inventado para vivir del cuento? Me garantizó su fiabilidad, pues no en vano hasta tiene titulación oficial, y me recordó que acertaba casi siempre con sus pronósticos cuando escribía en la revista.

Por si no me lo creía, me propuso que le preguntara lo que quisiera a modo de prueba. Mientras sacaba del bolso su bola de cristal, decidí concebir una consulta tan complicada que sólo alguien con poderes extraordinarios pudiese darme una respuesta.

–Ya lo tengo –le dije finalmente–. ¿Cuándo se va a acabar la crisis?

–Ah, eso tiene una respuesta sencilla –me contestó mientras consultaba la mágica esfera–. Finalizará oficialmente el 23 de abril del año 2054 a las 13:15 horas. Seguro que se te ocurre otra cuestión un poco más difícil...

Medité durante unos minutos, porque no se me ocurría nada. Pero al final me vino a la mente una consulta para la que Amanda no iba a tener contestación. Era absolutamente imposible que supiera la solución de tan complejo enigma.

-Oye, ¿a Miguel Bosé qué le va? ¿Le gustan los tíos o las tías?

–Pues estoy viendo la respuesta en la bola –explicó sin inmutarse–. Dice que Miguel Bosé vive desde hace quince años con una cajera de supermercado con la que se casó, y con sus cuatro hijos, pero que como ser tradicional no está de moda, prefiere mantener la incógnita.

Acabé convencido de que las profecías de esta mujer tenían cierta fiabilidad. Así que decidí pedirle que me augurara qué iba a pasar con el cine, ahora que vive tiempos muy malos, con tanto descenso de espectadores, piratería, y demás. Para los lectores del blog, me vaticinó algunas profecías, como en los viejos tiempos.

Las profecías de Amanda:

1. Después de trasladar a Madrid a Sherlock Holmes y anteriormente al típico detective que interpretaba Humphrey Bogart, reencarnado en Alfredo Landa paseando por la Gran Vía, José Luis Garci filmará una cinta con Indiana Jones en Alcorcón.

2. Las dos entregas de El hobbit que prepara Peter Jackson serán un exitazo... Eso se puede predecir hasta sin bola de cristal. Así las cosas, los productores querrán filmar más material de Tolkien, y prepararán la adaptación de El Silmarilion. Puesto que Peter Jackson les mandará a paseo, tendrán que recurrir a Terrence Malick, que lo reconvertirá en un poema visual estilo El árbol de la vida, en plan medio abstracto.

3. Como los protas de American Pie –Jason BiggsMena SuvariChris Klein–, absolutamente olvidados, han tenido que 'arrejuntarse' en American Pie: El reencuentro, preveo que al final pasará algo parecido con los chicos de otra famosa franquicia: Harry Potter. Así que dentro de unos años rodarán Reunión de antiguos alumnos de Hogwarts. Propongo que le den un toque realista a la cosa: Ron Weasley se ha quedado calvo, Hermione está en el paro, Potter se ha divorciado y ha caído en el alcoholismo...

4. Los mercenarios 2 dará pasta gracias a su amplio reparto de superhéroes de la acción ochentera pasada de moda. Se intentará llevar a cabo una jugada parecida con las grandes damas de la comedia romántica, a ver si revitalizan también ese género, prácticamente igual de muerto. Ya veo interpretando a maduras solteras a Meg RyanJennifer LópezSandra BullockJulia Roberts y Katherine Heigl, peleándose para conquistar a Hugh Grant. Podrían llamar a la peli El crepúsculo de las diosas...

5. Fernando León de Aranoa rodará una secuela de Los lunes al sol que se titulará Los martes pelao de frío. No repiten los protagonistas, sino que ahora el personaje central será un director de cine de prestigio, que tras un par de películas sosas ha perdido por completo el favor del público. Agobiado por las deudas, y puesto que no encuentra trabajo decide emigrar a Alemania, donde en un principio consigue que le contraten para cuidar de un anciano. Pero éste se le muere enseguida, así que tiene que sacarse unas perras trabajando como prostituto masculino, aunque él prefiere que le llamen 'princeso'.

viernes, 23 de marzo de 2012

La oleada de anuncios sinceros de la tele

Si confieso que no veo la tele pensaréis que me las estoy dando de culto... Sin embargo, la triste realidad es que no aprovecho el tiempo para leer a Kierkegaard, sino que veo en el cine terroríficos subproductos, o me voy a comprar comics. El caso es que estos días me he enganchado a un canal que ofrece peliculones clásicos a todas horas (casi es mejor desintonizarlo, para poder seguir con mi vida), así que he redescubierto los anuncios televisivos.

No había visto ninguno nuevo desde hace tiempo. Me quedé en el “hola, soy tu regla”, “¿dónde está Curro?” y “vengo del futuro, donde los avances tecnológicos son la bomba, pero sólo se me ha ocurrido traerte un frasco de lejía”. Supongo que todos ellos hoy son ya clásicos, al menos entre los estudiantes de publicidad.

Pero han cambiado bastante.

Me he enterado de muchas cosas, por ejemplo de que ahora Doowap se llama Weikis. ¡Demonios! Va a ser por eso por lo que no los encontraba en las estanterías del supermercado... ¿No tienen miedo de despistar al personal con ese nombre de comida para perros?

Se puede saber mucho del mundo que nos rodea a través de ellos, por ejemplo cómo va la situación social del país. Una madre merienda con su hija, encantada, porque es el único momento del día que comparte con ella. Se entiende que la niña pasa todo el tiempo con una de esas impagables abuelas que son las que están cuidando a nuestros chavales. ¿Qué sería de España sin ellas? El anuncio se dirige claramente a madres trabajadoras con complejo de culpa agudo.

Muchos van destinados a quienes se supone que tenemos más capacidad de consumo, los que fuimos niños en los 80. En esa línea va aquél en el que salen dos casi idiotas que cantan que han visto volando un cristal gratuito, a ritmo de “Super Disco Chino”, de Enrique y Ana, todo un hit infantil de la época. Si ya era hortera entonces, imaginaos treinta años después. Me han entrado ganas de ir a la óptica a cantarles las cuarenta, porque cada vez que lo ponen se te pega la canción de las narices, y te pasas toda la tarde tarareando: “Sú-per, sú-per, dis-co, dis-co, chi-no, chi-no, chi-no... filipino...”. Más que un spot parece una maldición. Como te lo pongan una vez, te han hecho la pascua.

Me llama la atención la zafiedad de algunos, como el de las galletas tan supuestamente enormes que los que las comen, cuando van a hacer sus necesidades, perciben que su miembro viril es mucho más pequeño de lo que creían. No sé si funcionará. Yo no pienso probarlas, porque ahora las asocio psicológicamente con la entrepierna.

Y también alucino con la sinceridad de Pepsi. En su nuevo anuncio, un tipo pide una Coca-cola, claro, como es habitual, y el camarero le contesta que no tiene, que si puede ser una Pepsi... O sea que reconocen que el producto nos lo cuelan un poco de balde... Y hasta MacDonalds admite que la gente tiene la misma confianza en que sus hamburguesas sean de vacuno que la que tenía hace unos años en que la selección española ganara un mundial, o sea ninguna.

Pero para sinceridad, la que llevan implícita los anuncios de bancos de nueva generación. Todos van por la línea de asegurar que a partir de ahora ha salido un banco que es colega, que te va a caer superbien, y que se preocupa por ti, por muy insólito que resulte. O sea, que reconocen que hasta ahora han sido un poco ‘perretes’.

miércoles, 7 de marzo de 2012

"The River" y "Mi gitana", terror televisivo español

Si escribo en el blog que pienso que los españoles, con honrosas excepciones, no estamos genéticamente dotados para rodar series, se me puede acusar de ser anti-español. Yo os aseguro que adoro este país que por otra parte ya tiene la mejor comida del mundo (viva la paella), la mejor selección de fútbol, las mejores playas, un patrimonio cultural y literario inmejorable. Pero en el cine y las series televisivas, ay, quisiera que la realidad fuera mejor pero no es así.

En un desesperado intento de reconciliarme con la tele patria, le he echado un vistazo a Mi gitana, la miniserie que reconstruye la vida de Isabel Espantoja, y ha resultado ser tan indescriptible y surrealista que os la recomiendo a todos... Sentí vergüenza ajena en el momento en el que la madre de la artista le aconseja que no se ponga un vestido determinado porque "el verde resalta el vello" (sí que tienen mal café los guionistas). ¿Y qué decir de ese Jesús Gil descamisado con cadenas de oro que parece Torrente? Y genial también el momento metatelevisivo en el que Encarna Sánchez se enfada porque en la televisión emiten la legendaria parodia de las empanadillas de Móstoles, que le hicieron Martes y 13, y le dice a su 'querida' Pantoja: "No veas a esos dos mari****. ¡Qué asco de España!". Surrealista.

Así las cosas se puede pensar que no hay esperanza de que un español pueda hacer tele decente... Para comprobarlo, me puse el piloto doble de The River, que dirige Jaume Collet-Serra. Tendría que haber salido en las portadas de los periódicos que un español pase a la primera división catódica, en una serie creada por Oren Peli (Paranormal Activity), y que cuenta como productor ejecutivo con Steven Spielberg. Pero como suele suceder en este país, minimizamos los logros de nuestros compatriotas...

Lo cierto es que me pareció demasiado convencional, los mecanismos que usa para dar miedo son evidentes y predecibles, y lo peor es que se adscribe a la moda del 'found footage' que ya empieza a cansar. Pero por lo demás, es bastante digna, y a Jaume le ha quedado muy bien el momentazo de las muñecas que le ofrecen los nativos como tributo al fantasma de una niña ahogada en el río para que no ahogue a todo el que pase por allí. Da muy mal rollito, si lo ves a solas en la oscuridad de tu casa...

No está todo perdido. En el futuro, con un poco de esfuerzo, vamos a revolucionar la televisión... Lo que pasa es que avanzamos poco a poco.

miércoles, 29 de febrero de 2012

La cuestionable retransmisión de Canal+ de los Oscar

Sigo a vueltas con los Oscar, especialmente desde que he empezado a meditar que si tan influyentes son los hermanos Wenstein a la hora de obtener premios, ¿cómo es que nadie se acuerda de ellos en los agradecimientos? Tremenda injusticia.

Cuando yo era joven, allá en el Pleistoceno, las retransmisiones de TVE de los Oscar no eran muy allá. Un año, el comentarista nos amargó la noche, arremetiendo contra la ceremonia, que según él no tenía razón de ser, y era casi para idiotas. Y claro, los casi idiotas que estábamos viéndolo sin dormir nos sentíamos bastante insultados.

Así las cosas, que estos premios pasaran a Canal+ en un primer momento fue una gran faena. Lo que antes veíamos gratis había pasado a ser de pago. A cambio, para que los suscriptores no se fuesen a mansalva, sí que es cierto que pasaron a cuidar la retransmisión bastante, con la competente locutora Ana García Siñeriz. En los últimos años, el amiguete Juan Zavala –gran periodista integrante de Lo que yo te diga– conducía bastante bien la velada. Pero este año, desgraciadamente, no estaba Zavala –que la semana pasada ganó un Goya con un corto documental–.

Y se notó mucho. La nueva conductora era Manuela Velasco, protagonista de [Rec], que no sólo parecía almidonada, sino que no se aclaraba mucho sobre cuándo finalizaban las pausas americanas, y tenía que dar paso a la ceremonia. Para no dormirse habría hecho falta que hubieran tratado de comérsela unos zombies, como alguno de los contertulios sugirió. Éstos tampoco eran un dechado de virtudes. Un tal David Broncano, al parecer monologista, no paraba de hacer gracietas absurdas y poner caras raras, al director de Cinemanía, Carlos Marañón, se le daba mucho mejor el fútbol y Pepe Colubi no estaba especialmente inspirado, por lo que sólo recurría al humor subido de tono y grosero, menos cuando explicó como ocurrencia propia que en el recuerdo de los fallecidos tenían que haber citado a la Mona Chita, chiste que llevaban retuiteando los internautas toda la noche.

Con respecto a Twitter, uno de los invitados se indignó muchísimo, porque pedían opiniones de los usuarios, y éstos decían la verdad, que los comentaristas le parecían sosos y aburridos. Pues el tipo, visiblemente enojado, dijo que sólo le llegaban insultos... ¿No sabe lo importante que es saber encajar las críticas? ¿Esperaba elogios hacia su enorme talento?

Pero lo más significativo de la retransmisión, según mi humilde juicio, es que el mayor representante cinematográfico del grupo mediático al que pertenece Canal + en Twitter, llegó a escribir que la retransmisión –elaborada por su misma empresa– era aburridísima. Y tenía razón.